El niño con sus patitas abiertas.
Y así llegaron los treinta añitos de Juanfer... como ven no se notan mucho, eso sí, si se mira de lejos porque el hombre hace rato puede cantar ya, con total propiedad mi primera cana.
Como es costumbre, hicimos la celebración con Carolina quien cumple el 25 de julio. Esto fue el sábado en casa de Luz Amalfi (amiga colombiana) donde nos reunimos con unos amigos, y pasamos una buena tarde.
Aquí con Camila, a quien quiere mucho y busca constantemente para jugar. Ella también se metió con él en el agua hasta que Simón se puso morado del frío y para afuera.
Ella es María Alejandra, sus papás son de Barrnquilla y nos acompañaron ese día. Hemos descubierto que a Simón le gustan mucho los niños pequeños, los acaricia y se dirige hacia ellos con mucha ternura y alegría.
Y ya el propio día del cumpleaños, nos dedicamos mas a estar en familia, la pasamos juntos Juanfer, Simón y yo; fuimos a misa en la tarde donde por cierto "terremoto no se sintió", y luego habíamos invitado a Fredy un amigo Cartagenero a cenar. El también esta haciendo su doctorado pero apenas empezó este año. Pobrecito!!!!!
Y así pasamos esta fecha especial unidos en amor, fe y alegría por la existencia de Juanfer en nuestras vidas y por su vida tan bien vivida.
Simón le dijo " Feliz-cumpleaños-papá" desde la mañana antes de ir a la guardería, cuando le entregamos su regalo y una tarjeta escrita ya a dos manos, la de Simoncho y la mía.
Gracias a toda la familia y los amigos que se unieron a nuestra alegría con sus oraciones, su alegría y sus llamadas, es muy grato saber que siempre hay alguien que recuerda estos días especiales.
Aquí nos sorprendió de sobremanera el Simoincho. Llego y cogió el teléfono y no le dio tono (estaba desconectado), de inmediato busco el cable y se puso él solo a conectarlo, nosotros nunca le habíamos explicado nada. Será que va a ser ingeniero como los papas?.
Cuando vamos por la calle y ve los grafitis pintados por las paredes, comienza a decir no, no, no, a la vez que mueve el dedo. Pero en la casa el culicagao no critica, por el contrario cuando se encuentra una crayola, un lapicero o un lápiz, sale corriendo a su pared favorita, que es todo un mural. 
Como a la mamá le duelen las manos, le toca al papá ponerse a voliar esponjilla por más de media hora con este calor que le suda a uno hasta la conciencia, para que no nos cobren muchos daños en el piso que estamos próximos a desocupar.
El hombre ya se prepara para la comida Colombiana, y le gusta más que a nosotros. Aquí pegándole a una empana, que nos hizo Lizeth muy ricas. Pero no le gusta la masa, solo el guiso y con carne.
Aquí nuestro pequeño revolucionario que intenta hacernos ceder frente a sus antojos, el hombre tiene su caracter. Además se puede observar a Simón mucho mas pulido, porque no se le ve la frente...sita.
